En la grandeza de la resignación y resiliencia, simpre habrá unos brazos, ayudando con la fuerza necesaria o simplemente esperando abrazar el alma de quién lo necesita. Junto a ustedes siempre, esperando que el alma del tío, recorra el último camino de los muchos que ha viajado y que lo llevan al descanso eterno.
En la grandeza de la resignación y resiliencia, simpre habrá unos brazos, ayudando con la fuerza necesaria o simplemente esperando abrazar el alma de quién lo necesita. Junto a ustedes siempre, esperando que el alma del tío, recorra el último camino de los muchos que ha viajado y que lo llevan al descanso eterno.