Dios de misericordia y de amor, ponemos en tus manos amorosas a nuestro amado Manuel, un hombre muy bien plantado, árbol, con las raíces como espuelas. Le demostraste tu gran amor y ahora que ya descansa concédele la felicidad y la paz eterna. Su vida terrenal ha terminado ya; recíbelo en el paraíso con la paz y la alegría con Jesús, tu hijo y con el Espíritu Santo para siempre. Amén.